Santo Rosario

Este Rosario meditado es una propuesta que hacemos desde el Seminario Mayor de Córdoba para rezar por las vocaciones sacerdotales. Diferentes textos bíblicos que presentan la invitación de Dios a su pueblo nos ayudarán a reflexionar sobre la vocación.

PRIMER MISTERIO

Texto bíblico:

1 Samuel 16, 7: La unción de David.

“Pero el Señor dijo a Samuel: << No te fijes en su aspecto ni en lo elevado de su estatura, porque yo lo he descartado. Dios no mira como mira el hombre; porque el hombre ve las apariencias, pero Dios ve el corazón>>”.

Reflexión personal:

En este pasaje de la Sagrada Escritura vemos la unción a David que es elegido en medio de sus hermanos. Él, que era el más pequeño y que se estaba ocupando del rebaño, fue el ungido, el llamado. Pero detengámonos en un aspecto principal del pasaje bíblico: ¿Qué ve el Señor en David?. A diferencia de los hombres, Dios no se queda en las apariencias sino que mira nuestro interior. Busca en lo profundo del corazón del hombre.

Intención:

Pidamos a Dios esa capacidad para poder ver en nuestro interior. Y desde nuestro interior, discernir si somos llamados a una vida de especial consagración. A no quedarnos en lo superficial cumpliendo ciertos mandatos sociales o exitistas que nos quieren imponer desde la cultura del “Me gusta”. Que nuestra vida sea una respuesta a ese llamado que Dios nos hace a cada uno.

SEGUNDO MISTERIO

Texto bíblico:

Jeremías 1, 4-5: El llamado a Jeremías

“La palabra del Señor llegó a mí en estos términos: << Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno, yo te había consagrado, te había constituido profeta para las naciones>>”

Reflexión personal:

Que importante y cuanto valor le damos a que alguien nos conozca. Y si a eso le sumamos que no solo se trata de conocer sino que se tiene un sueño o un plan con esa persona, la ocasión es muy buena. Acá el que nos conoce y tiene una especial consagración, sueño o plan es Dios. Y es para nosotros.

Intención:

Pidamos a Dios, Él, que nos conoce y nos sueña, que podamos responder a su voluntad. Y que seamos dúctiles a su sueño, que es sin lugar a duda la felicidad plena.Y que esa felicidad se dé en la respuesta a su llamado en la vocación.

TERCER MISTERIO

Texto bíblico:

Mateo 4, 18-20: El llamado a Pedro y a Andrés

“Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: <<Síganme, y yo los haré pescadores de hombres>>. Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.”

Reflexión personal:

Jesús los ve y los llama en medio de sus actividades, en sus realidades. Y la respuesta de ellos no tarda en llegar. Jesús los llama y les da una misión, ser pescadores de hombres.
Hoy Dios, sigue llamando a continuar esa misión. Está en cada uno de nosotros no hacer oídos sordos.

Intención:

Pidamos a Dios, que cada día más jóvenes respondan al llamado que Él hace con la misma prontitud de Pedro y Andrés. Y que en la misión que hoy nos toca, seamos cada vez más pescadores de hombres.

CUARTO MISTERIO

Texto bíblico:

Mateo 9, 9: El llamado a Mateo

“Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: <<Sígueme>>. Él se levantó y lo siguió”

Reflexión personal:

Mateo tenía un trabajo, una cierta seguridad. Pero bastó una sola palabra de Jesús para que dejara todo por el Todo. Mateo estaba sentado sobre su seguridad, pero se levantó y lo siguió. Dejemos que Dios nos saque de nuestras “seguridades” para seguirlo.

Intención:

Pidamos a Dios que nos libere de las falsas seguridades (éxito, poder, dinero, etc) y nos ponga de pie para seguirlo. Que dejándolo todo, optemos por el Todo. Dios te dice hoy “Sígueme”, respondamos a ese llamado en su seguimiento de total entrega.

QUINTO MISTERIO

Texto bíblico:

Lucas 10, 2: Invitación a orar por las vocaciones

“Y les dijo: <<la cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño
de los sembrados que envié trabajadores para la cosecha>>”

Reflexión personal:

Cuántas veces habremos escuchado este texto. Y sin embargo es cada vez más actual y real la necesidad de trabajadores para la cosecha de la que se refiere Jesús. No nos cansemos de pedir por las vocaciones de especial consagración. Pero lo más importante es también preguntarnos a nosotros mismos por nuestra vocación. ¿No será que Dios me esté llamando a vivir esa vida de servicio? ¿ Dios me soñó sacerdote? ¿Cuál va a ser mi respuesta?

Intención:

Pidamos a Dios tener la constancia en la oración para pedir por el aumento y la perseverancia de las vocaciones sacerdotales. Y que cada vez más jóvenes se animen a preguntarse si Dios los llama a vivir una de vida seguimiento y entrega para el bien de los hermanos en Cristo.