Pastoral familiar

¿APARTADAS O COMPLEMENTARIAS?

Sacerdocio y matrimonio, o vida religiosa y matrimonio, llamados, vocaciones, estados de vida, opciones, discernimientos… que parecen muy diferentes y apartadas entre sí, pero que, en realidad estas vocaciones de la Iglesia, tienen una misma misión: ejercer la predicación de la Palabra del Señor y la manifestación de su bondad con gestos de caridad, amor y servicio.
Según el Papa Benedicto XV:
«El Señor llama a todos, distribuyendo diversos dones para diversas tareas en la Iglesia. Llama al sacerdocio y a la vida consagrada, y llama al matrimonio y al compromiso como laicos en la Iglesia misma y en la sociedad […] dos caminos complementarios que se iluminan entre sí, se enriquecen recíprocamente y juntos enriquecen a la comunidad».

Sacerdotes acompañando familias

En el sacramento del matrimonio Cristo se hace presente y nos abraza como esposos que nos “hacemos una sola carne”. Los esposos, debemos elegirnos mutuamente todos los días, sostener el amor día a día, y en el caso de tener hijos, educarlos en la fe.
En nuestros tiempos encontramos realidades familiares muy diversas y entre ellas muchos matrimonios en riesgo de disolverse o de estancarse, también encontramos familias que no viven una vida de fe, ya sea por desconocimiento o por desinterés. Por esto y por muchos otros motivos es que los matrimonios y las familias necesitamos de los sacerdotes, que como guías del rebaño del pueblo, nos orientan en nuestra relación con Dios y nos acompañan en la educación de fe de nuestros hijos.

Los sacerdotes en su llamado a servir, procuran reunir la familia de Dios, acercándose a los diferentes miembros como padre, hermano, pastor y maestro, con intención de acompañamiento en las dificultades, con enseñanza y consejo a la luz evangelio.
También los sacerdotes nos ayudan a sobrellevar los desafíos del matrimonio y la familia acercándonos a la gracia del Señor a través de la Reconciliación sacramental y la Eucaristía.

PARA REFLEXIONAR:

¿Cuáles son los desafíos que como familia/ matrimonio vivimos y por los cuales necesitamos acompañamiento? ¿Nos acercamos y buscamos en nuestros sacerdotes acompañamiento?
Como familia ¿De qué manera enriquecemos la vida de los sacerdotes?

A su modo…

Pero si yo, que soy Maestro y Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Jn. 13, 14.
Jesús nos pide imitarlo, pues entonces pensemos en familia de qué manera podemos realizar este signo de servicio y amor para con los sacerdotes.

FAMILIAS FORMADORAS Y ACOMPAÑANTES DE VOCACIONES

La misión de la familia de “educar en la fe” es que se van formando muchas vocaciones. Si las familias están fortalecidas en la oración y tienen a Dios como centro de sus vidas, los hijos pueden abrazar con plenitud su propio camino y vocación cristiana.
La familia como parte de la Iglesia (familia de familias) es responsable también de la oración y la promoción de las vocaciones sacerdotales en los ámbitos parroquiales y la vida cotidiana. De esta manera es deseable que como familias sean promotoras de encuentros vocaciones en los diferentes ámbitos comunitarios.

PARA REFLEXIONAR:

♥ Cuando hablamos de vocaciones: ¿guiamos a nuestros hijos con mirada de apertura hacia las diferentes vocaciones?
♥ En nuestras oraciones, personales y comunitarias ¿pedimos a Dios que envíe más obreros a la mies?

A su modo…

«Jesús les dijo: «Síganme y yo los haré pescadores de hombres.»» Mc 1, 17.
Todos recibimos la invitación de Jesús, pero en esta ocasión pensaremos en el llamado de los seminaristas, y en familia elaboraremos una oración (de petición o de gracia) por ellos y por su sí.