Guión para la Misa

MONICIÓN INICIAL

Queridos hermanos, el Seminario Mayor de Córdoba nos invita en este día, a pedir al Señor para que los sacerdotes sean fieles a su vocación, y para que envíe más trabajadores a sus sembrados.
Si queremos reconocer la llamada de Dios, debemos preguntarnos y comprender qué nos pide y qué le agrada: «Misericordia quiero y no sacrificios» (Os 6,6; Mt 9,13).
A Dios le agrada toda obra de misericordia, porque en el hermano que ayudamos reconocemos el rostro de Dios que nadie puede ver (cf. Jn 1,18). Cada vez que nos hemos inclinado ante sus necesidades, les hemos dado de comer y de beber, los hemos vestido, hemos ayudado y visitado al Hijo de Dios (cf. Mt 25,40); en definitiva, hemos tocado la carne de Cristo.
Comenzamos a gustar la alegría de la vida nueva que él mismo nos propone, juntos y cantando.

LITURGIA DE LA PALABRA

MONICIÓN

GUÍA: Los protagonistas de la historia siempre son dos: por un lado, Dios, y por otro, los hombres. Debemos estar atentos a la llamada de Dios y, actuar en consecuencia; pero para aceptar su voluntad y cumplirla sin vacilación, debemos hacernos esta pregunta: ¿Qué quiere Dios de nosotros?

ESCUCHEMOS ATENTAMENTE 

♥ PRIMERA LECTURA: Sab 9, 13-18

♥ SALMO 89, 3-6. 12-14.17

SEGUNDA LECTURA: Fil 9B-10.12-17

GUÍA: El compromiso que el Señor nos pide es vivir plenamente la vocación a la caridad. Todo discípulo de Cristo debe hacerla realidad con su propia vida, y crecer cada día en el amor.

EVANGELIO: Lucas 14, 25-33

ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada petición respondemos: Señor, que seamos servidores a la manera de Jesús.

  1. Por los jóvenes que han perdido los valores y la capacidad de soñar, para que escuchen la llamada de Dios a vivir felices en el servicio a los más necesitados. Oremos.
  2. Por las familias que están en crisis, para que reine en ellas la misericordia; se acorten las distancias y se olviden los rencores, entre sus miembros. Oremos.
  3. Por los enfermos y los ancianos abandonados, para que sean contados entre los pequeños y humildes que necesitan nuestra compasión y atención generosa. Oremos.
  4. Por los refugiados e inmigrantes, para que la iglesia visibilice su presencia y construyamos la fraternidad universal que nos invita a vivir el Señor. Oremos.
  5. Por las personas débiles e indefensas y los niños que están solos, para que crean en Jesús, quien es el primero que sale a buscarlos al cruce de los caminos de su dolor. Oremos.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

COLECTA

Guía: La ofrenda simboliza nuestro compromiso de compartir fraternalmente los propios bienes con los más pobres y el sostenimiento económico de la iglesia.

PRESENTACIÓN DE DONES

Guía: No hay otro modo de entender la caridad: quienes se ponen al servicio de los hermanos, aunque no lo sepan, son quienes aman a Dios (cf. 1 Jn 3,16-18; St 2,14-18).

COMUNIÓN

Guía: El seguimiento de Jesús es un compromiso serio y, al mismo tiempo, es un gran gozo; requiere radicalidad y esfuerzo para reconocer al divino Maestro en los más pobres y descartados de la vida, y ponerse a su servicio. Vayamos a recibirlo con alegría, cantado.

MONICIÓN FINAL

Dondequiera que haya una mano extendida que nos pide ayuda para ponerse en pie, allí debe estar nuestra presencia y la presencia de la Iglesia, para sostener y dar esperanza.